Eduardo
I, rey de Inglaterra entre 1272 y 1307, tuvo un sólo empeño a lo largo
de su vida, conquistar y someter a los escoceses a su reinado. Conocido
como el Zanquilargo, la mayoría lo recordará por ser el malo malísimo en
Braveheart.
Hasta su último aliento se las tuvo tiesas con los escoceses, tal era
así, que su última voluntad tuvo que ver con ellos. A pesar de su mala
salud, en 1307 decidió viajar al norte para supervisar las acciones
A lo largo de dicho viaje al norte E. I enfermó y terminó muriendo. Su
última solicitud fue que enviaran su corazón a Tierra Santa escoltado
por 100 caballeros y que sus huesos no fuesen enterrados hasta el
momento en que los escoceses fuesen derrotados. Solicitaba que sus
restos fuesen llevados al campo de batalla para estar de esta manera
presente, si bien fuera blog post-mortem, cuando su ejército venciese.
No sé si para bien o bien para mal, o bien simplemente por el hecho de que aquella última solicitud es una historia legendaria, ninguna de las solicitudes fue llevada a cabo. El cuerpo del finado rey fue llevado a la Abadía de Westminster y enterrado allá en el mes de octubre de mil trescientos siete, 3 meses tras su muerte. Las luchas contra Escocía proseguían vivas y prosiguieron todavía décadas de una manera o bien otra.
No sé si para bien o bien para mal, o bien simplemente por el hecho de que aquella última solicitud es una historia legendaria, ninguna de las solicitudes fue llevada a cabo. El cuerpo del finado rey fue llevado a la Abadía de Westminster y enterrado allá en el mes de octubre de mil trescientos siete, 3 meses tras su muerte. Las luchas contra Escocía proseguían vivas y prosiguieron todavía décadas de una manera o bien otra.